jueves, 16 de noviembre de 2017

Michaelis Boyd revisa la tradición holandesa en Kimpton de Witt.

La cerámica de Delft, los grandes maestros de la pintura holandesa... se reinterpretan en este nuevo hotel boutique ubicado en un edificio histórico del centro de Ámsterdam.
Si están planeando una escapada, y están buscando un hotel en Ámsterdam que se salga del estilo estandarizado de las grandes cadenas, les recomendamos el nuevo hotel Kimpton de Witt . Se trata del primer establecimiento fuera del continente americano de esta famosa cadena de hoteles boutique. Sus autores, el estudio londinense Michaelis Boyd, han buscado crear un diseño contemporáneo, que reflejase el enfoque lúdico de la cadena. Eso sí, sin olvidar un guiño al Ámsterdam tradicional.
El hotel está situado en el vibrante corazón de Ámsterdam, a poca distancia de la Estación Central. Cuenta con 274 habitaciones, incluidas 15 suites.
Pavimentos de madera de roble claro, particiones de acero acristaladas, muros revestidos de terrazo… contribuyen a crear unos interiores luminosos y diáfanos. Un nueva vida, en definitiva, para el histórico edificio Queen of Holland.
La planta baja se ha reconfigurado para proporcionar una nueva entrada con una conexión visual a la calle. También se ha creado una circulación más interesante a través de una serie de vestíbulos y salones. Un antiguo salón en el corazón del hotel se ha reinventado como un nuevo espacio ajardinado. Este pulmón verde aporta luz natural y aire fresco al interior, y actúa como la terraza del House Bar adyacente.
La idea de combinar diseño y vegetación se extiende por todo el hotel. La nueva entrada ha sido diseñada para proporcionar un acogedor cobijo ajardinado desde la concurrida calle.
El mobiliario hace también referencia al mundo natural, pero con el toque lúdico Kimpton. Así encontramos pomos con forma de ciervo, alce y abeja, luces colgantes con formas de pájaros, así como bellos motivos de libélulas a las sillas de Gubi tapizadas de terciopelo, proveniente del estudio londinense Kit Miles.
A su llegada, los huéspedes ascienden por una escalera de terrazo blanco protegida por un voladizo curvado. Dando continuidad a la pared vegetal viva, un muro revestido de audaz terrazo verde define el vestíbulo de entrada.
Para el área de recepción del hotel, Michaelis Boyd diseñó una gama de baldosas hidráulicas en azul y blanco. Inspiradas en los tradicionales azulejos holandeses de Delft.
Detrás de la recepción, una corona de asientos modulares, con cojines y mantas para leer y relajarse rodean una chimenea revestida de azulejos.
Una interesante selección de luminarias, de estilo contemporáneo y funcional, animan las paredes.
El House Bar conserva las vigas y paneles de madera originales. Se ha pintado en un tono verde azulado oscuro. Un fondo con motivos de aves decora el espacio entre las vigas. De esta forma, Michaelis Boyd rinde homenaje a los murales pintados tradicionales del Renacimiento holandés.
Lujosos asientos de terciopelo y una iluminación tenue completan la decoración de este espectacular y acogedor bar.

Dormir como un rey holandés

Las habitaciones destacan por su carácter acogedor y relajante. Los muros en blanco roto aumentan su luminosidad y el pavimento de madera de roble aporta calidez.

Mesitas de noche de mármol pulido, tapizados de terciopelo en colores atrevidos y rieles colgantes de bronce diseñados a medida completan la decoración.

Patrones geométricos definen los revestimientos y pavimentos de los baños.

Fotografías: © Kimpton de Witt 
Para más información visiten: Michaelis BoydKimpton de Witt Hotel
Vía: diarioDESIGN





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